miércoles, 8 de marzo de 2017

Jennifer Lawrence, Lady Gaga, Demi Lovato... Famosas con ansiedad


Los trastornos de ansiedad son un mal generalizado de nuestro tiempo. Tan generalizado que no escapan a él las celebrities, tal vez por esa presión a la que se ven sometidas al estar siempre en el punto de mira de la prensa y de los fans. El caso es que la ansiedad no la sufrimos solo los simples mortales, sino que estrellas del cine y de la canción también pierden el control. Y es que las celebrities también tienen ansiedad.

Celebrities con ansiedad

Estamos tan acostumbrados a las excentricidades de los famosos que a veces no nos sorprende su comportamiento extraño ni esas pérdidas de control de la que en algunos momentos hacen gala. Sin embargo, muchos de esos comportamientos pueden responder a un trastorno de ansiedad, a los que las celebrities no son ajenos.

Una de las actrices de moda, la protagonista de "Los Juegos del Hambre", Jennifer Lawrence reconoció haber sufrido en algún momento de su vida ansiedad, una especie de fobia social que la hacía sentirse excluida. Parece que fue gracias a la interpretación que su problema de ansiedad encontró solución.

La reina de la excentricidad, Lady Gaga, confirmaba hace poco tiempo que había recurrido a la marihuana como un personalísimo tratamiento para la ansiedad. La cantante se sentía superada por su éxito internacional que implicaba un exceso de trabajo, más responsabilidad y estar siempre en el objetivo de las cámaras y de los fans.

Por su parte, la actriz y cantante Demi Lovato afirma que sufre frecuentes ataques de pánico, a veces relacionados con un miedo escénico, que le ha hecho cancelar algunas de sus actuaciones. Y la también actriz Drew Barrymore es de las pocas que ha confesado haberse visto superada por la maternidad y así tuvo que hacer frente a un trastorno de ansiedad al poco de nacer su bebé por la responsabilidad que supone ser madre.

Causas de la ansiedad en las celebrities

Si buscamos entre las causas de la ansiedad en famosos, nos encontramos con los mismos motivos que en las personas anónimas, aunque en este caso se suma la presión mediática a la que están sometidos y que puede provocar no solo ansiedad generalizada, sino que también puede dar lugar a fobias, a trastornos alimentarios e incluso puede llegar a generar pensamientos suicidas, como parece el caso de la actriz Halle Berry.

Otras celebrities que se han visto superadas por la fama y por la ansiedad son Scarlett Johansson, Nicole Kidman, Jessica Alba o Beyoncé. Y aunque la ansiedad parece un trastorno típicamente femenino, los hombres también sufren este tipo de trastorno emocional y entre los famosos que han confesado padecer ansiedad se encuentran el médico que cura a base de sarcasmo y mala leche, Hugh Laurie, el actor de comedia Jim Carrey y el que fuera tipo duro y rebelde del cine, Colin Farrell.

Resumen 

Las estrellas de la farandula no son una especie de ser de otro mundo, sino que simplemente son personas común y corriente. Creer que ellas no sufren de fobia social es mentira, pues es una problemática que puede afectar a cualquiera. Como lo ponen en el siguiente artículo personajes famosos como Demi lovato ha tenia que cancerlar algunas presentaciones por ataques de pánico relacionado con el miedo escénico.

Diario: diariofemenino
Fecha: 1 marzo del 2014
Autor: laura velez 




la realidad de la agorafobia


La Real Academia de la Lengua Española define la agorafobia como miedo a los espacios abiertos, lo que se aleja de la realidad cuando analizamos el trastorno desde la Psicología. Este tipo de definiciones han colaborado a crear un imaginario amplio sobre este trastorno.

La Agorafobia es una patología perteneciente a los trastornos de ansiedad. De hecho, no se diagnostica como tal. El diagnóstico que se da, en estos casos, es el de Trastorno de Ansiedad con Agorafobia.

Ello implica que el paciente tiene la sintomatología típica de la ansiedad patológica – porque hay que recordar que la ansiedad es una emoción normal en el ser humano y que nos ayuda a identificar las situaciones de peligro – y, por tanto, presenta elevación de la tasa cardiaca, respiración agitada o entrecortada, tensión alta, ahogos, mareo, temblores, sudoración… y, todos estos síntomas, se dan en “espacios abiertos”. Pero, en este punto, hay que tener en cuenta qué es lo que el paciente considera que es un espacio abierto; así, una persona puede considerar que el peligro existe al salir de su habitación y otra cuando sale de su barrio, estando en ambos casos ante ansiedad con agorafobia.

Como se ha comentado, no es real que las personas con agorafobia tengan miedo a los “espacios abiertos” o con aglomeraciones de gente (habría que hacer un diagnóstico diferencial con la Fobia Social).

NO ES REAL QUE LAS PERSONAS CON AGORAFOBIA TENGAN MIEDO A LOS “ESPACIOS ABIERTOS”

Para entender a qué tienen miedo tenemos que viajar al pasado de la persona y, normalmente, vamos a encontrar que han experimentado – ya sea en ellos mismos o viendo cómo le ocurre a otra persona (aprendizaje vicario) – una crisis de angustia o ataque de pánico.

Éste se presenta con los mismos síntomas que la ansiedad pero a niveles muy altos, generando en la persona un malestar muy grande y acompañándose de la idea de que es algo incontrolable y de que puede morir.

Una vez superado el ataque de pánico, la persona comienza a desarrollar una serie de pensamientos patológicos relacionados con el mismo. Piensan que van a volverse locos, que tendrán un ataque al corazón, que van a morir, que nadie podrá ayudarlos, que van a sufrir… Si esto ocurre en más de una ocasión, la gravedad aumenta. Tienen miedo al miedo.

Teniendo en cuenta esto, hay que decir que las personas con agorafobia, en realidad, tienen miedo a los ataques de pánico y que estos se produzcan en situaciones en las que no tienen el control. Para ellos, esta pérdida de control se da en espacios abiertos, donde no dominan lo que les rodea, donde podrían no encontrar la ayuda que necesitan.

TIENEN MIEDO AL MIEDO

Es decir, a un agorafóbico no le da miedo el centro comercial o el parque, le da miedo que pueda tener un ataque de pánico en dicho contexto, en el cual no tiene las herramientas necesarias para superarlo.

Esto les lleva a aislarse, en cierta manera, y quedarse en los sitios donde se sienten seguros, en los que sí disponen de los medios para controlar su ansiedad.

Con el tiempo, acaban apareciendo otras emociones tóxicas relacionadas con lo que les pasa. Sienten vergüenza por no ser capaces de hacer frente a lo que ocurre, por lo que puedan pensar los demás de su conducta; se sienten desprotegidos, sin control de lo que les rodea; aparecen sentimientos de culpa, se sienten inferiores; baja su autoestima, tienen problemas de concentración y atención,… Todo ello colabora en que el problema se mantenga, se agrave y se vaya generalizando a más situaciones.

En muchas ocasiones, vamos a encontrarnos con que sí son capaces de enfrentarse a esos espacios abiertos pero, para ello, tienen que llevar consigo un kit que les da seguridad y que, normalmente, está compuesto de ansiolíticos, inhaladores, medicamentos para el control de la tensión arterial o algún utensilio que les de seguridad. Son incapaces de salir de casa sin este kit y sólo con plantearles la idea de hacerlo comienzan a aparecer la sintomatología ansiosa.

Iniciar el tratamiento del Trastorno de Ansiedad con Agorafobia va a implicar, siempre, una doble aproximación. Por una parte, se debe llevar a cabo un tratamiento farmacológico que ayude a reducir los síntomas de ansiedad asociados a los pensamientos irracionales del paciente. Por otra parte,  con la psicoterapia, se irán dando estrategias para ir enfrentándose, de forma progresiva, a las situaciones que generan ansiedad y reestructurando los pensamientos que aparecen ante la situación ansiógena.

Conforme la sintomatología física vaya desapareciendo, se irá reduciendo la cantidad de medicación.

El imaginario popular ha restado importancia a este trastorno y le ha dado un toque cómico. Sin embargo, es una patología altamente incapacitante y, en muchas ocasiones, hay que comenzar los tratamientos en el propio domicilio del paciente. Por ello, es muy importante que estas personas cuenten con un entorno de apoyo y de comprensión, que pueda brindarle la seguridad que necesita para iniciar el tratamiento.

Y recordad, el diagnóstico lo tienen que hacer profesionales. No te auto-diagnostiques: la poquita agorafobia no existe.


Resumen 

La agorafobia es una fobia conocida por tener miedo a los espacios abiertos, aunque ponerla en este contexto es un poco equivocado ya que es conocida por miedo al miedo. Los agorafóbicos no le tienen miedo a los espacios abiertos como tal, sino, miedo a que le de un ataque de pánico en situaciones donde no puedan controlar, es indispensable para las personas que tienen esta fobia que tengan a la mano un kit de seguridad si estas llegan a salir a sitios abiertos.

Diario: diario16 
Fecha: 18/02/17- España 
Autor: Miguel Ángel Ignacio Cubero

Fobia: agorafobia 


46% de los adolescentes sufren de fobia social




El problema se caracteriza por tener mayor probabilidad de insatisfacción con las actividades principales, la vida familiar, el nivel de ingresos, las relaciones interpersonales y las actividades que se realizan en el tiempo libre. 
Detrás de una supuesta timidez puede esconderse la fobia social, un trastorno emocional que puede comprometer seriamente el bienestar de un adolescente.

“La depresión, muchas veces, socia de la fobia social, marca una etapa en los jóvenes que no encuentran momentáneamente el rumbo. Esto deja a un lado los conceptos de estabilidad emocional y reduce la calidad de vida, no solo del joven sino también de su entorno”, explicó la psicóloga Natalia Lavalle Figueroa. 

Debido a que diferentes estudios realizados en distintos países ubican a la fobia social como un trastorno de ansiedad de alta prevalencia (entre el 5% y el 7% anual); y dado que no solo se trataría del trastorno de ansiedad más común, sino que sería uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes, en este último tiempo ha habido un creciente interés en esta patología que muchas veces permanece sin diagnosticar. 

“Estudios realizados sobre el tema comprueban que existen dos tipo de consecuencias de la fobia social: el subtipo relacionado solo con temores para hablar frente a un grupo pequeño o grande de personas, y la forma compleja o generalizada en donde aparecen temores en otras áreas, por ejemplo: comer en público o escribir mientras otros están observando. Generalmente este tipo de trastorno se da en personas jóvenes y del sexo femenino. Y la prevalencia es del 7%, mientras que para la forma generalizada es del 5,9%, es decir, que aproximadamente un 54% de las personas con fobia social presentan el subtipo asociado con temores para hablar en público, y el 46% presenta la forma compleja o generalizada, que sería a su vez la más discapacitante”, aseguró Lavalle Figueroa. 

A su vez, la fobia social, y principalmente la forma generalizada, se relaciona con un gran deterioro en diferentes áreas (actividad escolar o laboral, actividades diarias, relaciones interpersonales). Además, en general en estas personas se observa una mayor dificultad, una reducción o la necesidad de realizar mayores esfuerzos para desempeñar las actividades diarias.

“Es importante que los padres de familia aprendan a identificar el problema desde sus inicios, debido que esto puede afectar la interacción en todos los campos de desarrollo de los jóvenes”, indicó la sicóloga. 

En cuanto al grado de satisfacción que experimentan estas personas, la fobia social se asocia con una mayor probabilidad de insatisfacción con las actividades principales, la vida familiar, el nivel de ingresos, las relaciones interpersonales y las actividades que se realizan en el tiempo libre. 

Un diagnóstico de fobia social se asocia con una mayor probabilidad de deterioro en la calidad de vida, principalmente en el caso de los niños, presentan mayores dificultades escolares, y una mayor probabilidad de repetir o de abandonar los estudios. 


Consecuencias

Las consecuencias en el proceso de adaptación del adolescente son graves, se puede destacar el bajo rendimiento académico y el abandono escolar, el desarrollo de otros trastornos de ansiedad y del estado de ánimo o el inicio en el consumo de alcohol u otras sustancias tóxicas. 

“Tampoco podemos olvidar que este tipo de problemas en la adolescencia puede afectar en la vida adulta y por consiguiente sufrimiento en todos los miembros de la familia, generando en él un estado de aislamiento del grupo al que pertenece afectando las relaciones sociales y laborales”, aseveró la especialista.

El niño o adolescente con el trastorno suele presentar miedo a hablar, a leer, a comer, a escribir en público, miedo a jugar, a usar servicios públicos, a hablar a figuras de autoridad y a relacionarse en situaciones formales. Las reacciones emocionales desadaptativas suelen ser severas que incluyen dolor de cabeza y de estómago, ataques de pánico ocasionales, llantos, respuestas de escape y evitación, etc. 

“Los casos más tempranos que cumplen los criterios para el diagnóstico del trastorno presentan una edad que se sitúa entre los 8 y los 12 años, encontrándose el mayor número de casos entre los 14 y los 16 años en los estudios epidemiológicos realizados”, concluyó Natalia Lavalle Figueroa. 

Los especialistas recomiendan a los maestros implementar programas escolares que permitan identificar y tratar la fobia social en la niñez y la adolescencia lo que ha su vez permitiría prevenir los problemas escolares y el suicidio.
Interpretación del artículo

Resumen

La adolescencia es conocida como la etapa donde más cambios ocurren, es muy frecuente que durante esta etapa el adolescente se sienta aislado por diferentes problemas, que pueden ir desde problemas familiar, académicos hasta económicos. Lo que mas destaca es que las fobias sociales es un hecho que lo padece el 46% aproximado de la población adolescente, muchas veces promovida por factores a nivel escolar pues es donde el adolescente se desenvuelve con la sociedad, creando así en el joven un comportamiento des adaptativo que le impide desarrollar sus destrezas sociales. Pues muchas veces los jóvenes que sufren de fobias sociales no logran expresar lo que sientes y lo que los hace más propensos a que sufran de depresión e incluso a que cometan suicido. Es fundamental que se les brinde la ayuda psicológica necesaria y se les oriente para que logren superar tales fobias.

Diario: crónicas del quindio
Fecha de publicación: 19 de enero del 2012
Enlace de la información: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-46_de_los_adolescentes_padece_fobia_social-seccion-la_general-nota-41465


Miedo a la fealdad, a sentarse y otras 38 fobias que seguro que desconocías



Todos sabemos lo que es una fobia. Un miedo exagerado e injustificado ante cosas, situaciones, ideas o animales que pueden generarnos ansiedad. De hecho, no es difícil que padezcamos alguna, según la Sociedad española de Psiquiatría el 6% de la población sufrirá una a lo largo de su vida. Lo que sería raro es que suframos alguna de estas. ¿Miedo a la belleza? ¿A los colores? ¿A estar de pie? Te presentamos las 40 fobias más extrañas que seguro que no conoces (y que esperamos que no padezcas).

1. Allodoxafobia: Fobia social caracterizada por tener un miedo irracional a las opiniones de las demás personas.

2. Apeirofobia: Miedo al infinito, a la idea de la eternidad del universo.

3. Araquibutifobia: Fobia a los cacahuetes. Por ejemplo, miedo a sus cáscaras o a que la mantequilla de cacahuete se nos pegue en el paladar.

4. Autofobia: Miedo a la soledad, a sí mismo o sencillamente a estar solo.

5. Bogifobia: Miedo a lo sobrenatural, a las leyendas urbanas, lo monstruos para asustar a los niños, los fantasmas...

6. Cacofobia: Miedo a la fealdad, a las personas feas, incluso a ser feos nosotros mismos.

7. Caliginefobia: Fobia a la belleza femenina, a las mujeres guapas. También se llama Venustrofobia o Complejo de Licea.

8. Catisofobia: Miedo a sentarse o a permanecer sentado.

9. Chamainofobia: Fobia a la noche de Halloween y a las celebraciones o fiestas que se celebran en su honor. El miedo es sobre todo a la decoración y puede tener relación con la aracnofobia.

10. Cipridofobia: Fobia injustificada a la prostitución y a contraer enfermedades venéreas.

11. Colpofobia: Rechazo a los genitales humanos en general, aunque es más común entre los hombres hacia los de la mujer.

12. Cromatofobia o cromofobia: Miedo a los colores. A uno, a varios o a todos. Cada color, además, tiene su propia fobia. Por ejemplo, en Marnie, la ladrona, su protagonista tenía eritrofobia, fobia al color rojo.

13. Consecotaleofobia: Pavor a los palillos chinos. Dependiendo del grado, tanto a usarlos como a tocarlos o verlos. Está relacionado con la fobia a la comida oriental.

14. Crometofobia: Suena extraño pero es la fobia al dinero. Suele darse cuando hemos tenido experiencias negativas con nuestro dinero o nuestra economía durante tiempo y asociamos el dinero o sencillamente hablar de ello como algo perjudicial en nuestra vida.

15. Dextrofobia: Miedo a los objetos que están a la derecha del cuerpo. La Levofobia es lo mismo con el lado izquierdo.

16. Dutchfobia: Fobia a las personas alemanas y holandesas y todo lo que tenga que ver con esos países.

17. Eisoptrofobia: Miedo a verse reflejado en un espejo o superficie reflectante. También se le llama catoptrofobia.

18. Epistemofobia: Fobia al conocimiento. El que lo sufre evita la lectura de libros, periódicos, revistas...

19. Escatofobia: Obsesión enfermiza por encontrarse con sustancias fecales en cualquier momento.

20. Ecofobia: Miedo al fin del planeta por los problemas medioambientales.

21. Efebifobia: Miedo irracional a las personas jóvenes y los adolescentes, a los que sólo se identificaría con estereotipos negativos.

22. Escriptofobia: Miedo a escribir en público o delante de alguien. Más común de lo que parece.

23. Espermatofobia: Pavor a tener contacto o ver el semen.

24. Estasifobia: Necesidad de estar sentado e incapacidad, pero no por nada físico, de estar de pie mucho tiempo.

25. Fagofobia: Miedo a atragantarse al comer algo y asfixiarse.

26. Falofobia: Fobia irracional a estar en contacto con un pene.

27. Fronemofobia: Miedo a sentarse a pensar sin distracciones alrededor.

28. Genufobia: Es el rechazo a tocar, ver o hablar de las rodillas propias o de otras personas.

29. Macrofobia: Miedo enfermizo a las esperas, a hacer una cola, a esperar nuestro turno...

30. Octofobia: Fobia irracional al número 8. También ocurre con otros números, como la tetrafobia que es con el cuatro.

31. Onirogmofobia: Miedo a los sueños húmedos. Vamos, a eyacular durante el sueño.

32. Optofobia: Angustia y miedo irracional a abrir los ojos cuando los tenemos cerrados y ver lo que hay a nuestro alrededor.

33. Ostraconofobia: Fobia al marisco.

34. Parascevedecatriafobia: Miedo a que sea Viernes 13.

35. Rabdofobia: Miedo a los palos de madera y a ser castigado con uno de ellos. Pero también puede suponer el miedo a una varita mágica, de madera, y a la magia que se puede hacer con ella.

36. Rectofobia: Fobia a los traseros, al recto y a las enfermedades rectales.

37. Socerafobia: Persistente y exagerado miedo o rechazo enfermizo hacia los suegros.

38. Tripofobia: Repulsión causada por círculos o figuras geométricas de la misma forma y muy juntas, especialmente si son pequeñas. Pueden ser panales, hormigueros, ciertos hongos...

39. Xirofobia: Fobia a las navajas de barbero y al posible daño que se puede sufrir con ellas.

40. Zeusofobia: Temor compulsivo, desproporcionado e irracional a la posible existencia de dioses o seres todopoderosos y lo que puedan querer hacernos.


Diario: elpais.com
Fecha: 28/05/2016

Autor: tentaciones


Las fobias meteorológicas



A menudo hablamos de la belleza del rayo, de lo imponente y relajante que puede ser una puesta de Sol o del maravilloso espectáculo de una aurora boreal. Pero no todos reaccionamos igual ante tales fenómenos naturales. De hecho, hay mucha gente que se obsesiona con el pronóstico meteorológico porque le aterra la posibilidad de poderse encontrar con una tormenta y elige permanecer cerrada en su casa cuando empiezan a amontonarse las nubes porque le da pavor poderse encontrar con ellas. Si usted es de estas personas, sufre de ceraunofobia, es decir, miedo anormal a los rayos y truenos. Seguramente también sudará, respirará con dificultad e incluso el corazón se le acelerará. Los niños son los que más sufren esta patología.

Pero no es esta la única fobia relacionada con meteoros atmósfericos. La lista es interminable. Por ejemplo, al principio hemos hablado de las auroras boreales. Su belleza espectacular es un grave problema para quien sufre de aurorafobia. Cierto es que las condiciones meteorológicas influyen en nuestro estado de ánimo, en nuestro humor e incluso en nuestro carácter, pero hay personas que acusan mucho más que otras estos cambios de tiempo porque, probablemente, en algún momento de su vida les pudo haber influido algún meteoro de los que citamos a continuación: Anemofobia (al viento), heliofobia (al Sol), homiclofobia (a la niebla), nefofobia (a las nubes), ombrofobia (a la lluvia), quionofobia (a la nieve), etcétera. Incluso hay gente que no puede soportar mirar al cielo, es superior a ellos. Esta fobia tiene también su propio nombre, uranofobia.

Las fobias van asociadas normalmente a episodios de alteración o taquicardias; todo comienza con sudoración o palpitaciones, aunque a medida que la persona se expone al fenómeno los síntomas se incrementan y pueden ser peligrosos. También los fenómenos meteorológicos son los responsables de ciertas patologías físicas, como los dolores articulares, musculares, migrañas o cambios en la presión arterial. Las fobias meteorológicas podrían ser hereditarias, pero también pueden estar motivadas por algún tipo de trauma. Algunas de ellas, además, suelen ocurrir en edades tempranas, alrededor de los cinco años, como el miedo a la luna llena, los relámpagos, la lluvia o las tormentas, por su relación con la oscuridad o las películas de terror. En países más expuestos a los huracanes o los tornados un porcentaje elevado de personas desarrollan la llamada lilapsofobia.

Para tratar todas estas patologías existe la llamada terapia cognitiva; consistente en que el paciente recibe toda la información posible acerca del fenómeno concreto "hasta que lo identifica como algo inofensivo y entiende su fobia como algo irracional".

Y dentro de este mismo tratamiento, la llamada terapia de exposición gradual trata de acercar al paciente de forma progresiva al fenómeno para que pueda controlar poco a poco sus miedos y temores.

Diario: elpais.com
Fecha: 09/08/2014
Autor: Jovi Esteve

Fobia: meteorológicas 


Ataques de pánico y miedo a tener miedo



En los últimos años se han multiplicado, en las conversaciones cotidianas y también en los medios de comunicación, las referencias al ataque de pánico. ¿De qué se trata? Antes que nada conviene aclarar que, científicamente, no todo es ataque de pánico y tampoco nada lo es; y que, por sus manifestaciones físicas y psicológicas, el ataque de pánico es sinónimo de miedo extremo.

Este consiste en la aparición abrupta de cuatro o más síntomas físicos intensos acompañados de mucho temor (por ejemplo, palpitaciones o taquicardia, dolor u opresión en el pecho, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de ahogo, inestabilidad, mareos o sensación de desmayo, etc.). Cuando se presenta en forma inesperada y repetidas veces, muchos desarrollan el miedo a tener miedo.

En ese preciso momento se configura el trastorno de pánico.

Por la intensidad de sus manifestaciones físicas, las personas que sufren por primera vez esta condición suelen acudir primero a las guardias clínicas, los cardiólogos o a los consultorios médicos. En una encuesta online realizada por la Clínica de Ansiedad y Estrés de INECO, los participantes que informaron haber sido diagnosticados con un trastorno de pánico consultaron en promedio a 3,4 médicos antes de recibir el diagnóstico correcto.

Para diagnosticar este trastorno es necesario que las crisis se repitan y que aparezcan “de la nada”. Frecuentemente luego de varias crisis el paciente comienza a desarrollar lo que se llama “agorafobia”, que es el miedo a no poder escaparse o salir de un lugar si le ocurriera una crisis de pánico.

Las situaciones que se temen con mayor frecuencia son: hacer ejercicio físico, alejarse de la casa solos, los medios de transporte (especialmente aquellos de los cuales es más difícil salir, como los aviones o el subte), las muchedumbres, los recitales o el cine, hacer colas largas y los lugares pequeños. El trastorno de pánico generalmente comienza en la temprana adultez aunque puede haber casos de inicio en la adolescencia en pacientes más vulnerables a la ansiedad.

En casos extremos el miedo está acompañado de fenómenos de extrañeza con el propio cuerpo o despersonalización.

Como las crisis de pánico tienden a repetirse, esto genera un estado de alerta ante la aparición de futuras manifestaciones. Este estado de hipervigilancia se conoce con el nombre de “ansiedad anticipatoria”.

Librado a su evolución, el trastorno tiene una tendencia a la cronicidad con períodos de crisis más o menos severas que socavan el bienestar y la autoestima, limitan sus movimientos y, a veces, confinan a los pacientes a sus casas.

Las investigaciones neurocientíficas demuestran que existe un importante factor hereditario que suele combinarse con una sumatoria de diversas situaciones estresantes a lo largo de la vida que terminan detonando su aparición. Hay personas que sólo experimentan una crisis de pánico aislada sin mayores consecuencias. Las guías y consensos de expertos internacionales para el tratamiento del trastorno de pánico indican que tanto la farmacoterapia como la psicoterapia cognitiva conductual son las dos herramientas básicas más eficaces.

Las recomendaciones actuales también incluyen la psicoeducación, o sea la información y educación del paciente acerca de la naturaleza del trastorno y la evolución de esta enfermedad.
Entender, sobre todo aquellas cosas complejas que se dicen acá o allá y remiten a ciertas personas que sufren, nos hace más sabios en el conocimiento preciso de la enfermedad, pero sobre todo nos hace más comprensivos con quienes padecen el pánico extremo, el miedo a tener miedo, el desasosiego.

Diario: clarin.com
Fecha: 14/07/2013

Autor: facundo Manes



LA FRUSTRACIÓN DE LOS IMPACIENTES



La impaciencia es una conducta aprendida, aunque hay ciertos factores que favorecen que ésta se desarrolle


No puedes esperar los resultados de tu examen, no dejas de mirar el teléfono cuando esperas una llamada. Si estos episodios se te hacen conocidos, entonces eres una persona impaciente. Y aunque no lo creas, esta conducta puede activar estados de impulsividad e intolerancia a la frustración.

Los psicólogos y psicoterapeutas explican que las personas impacientes no tienen fobia al paso del tiempo, sino ‘fobia’ a la espera, tienen una necesidad de inmediatez. Es por ello que viven expectantes y con mucha angustia, porque el contexto, por lo general, no se ajusta a sus demandas. Se puede sufrir enormemente siendo impaciente, ya que el entorno no suele entenderlo. Además, la impaciencia tiene repercusión en las relaciones personales y laborales y, en ocasiones, en el bienestar físico, debido a que quien lo experimenta puede desarrollar trastornos psicosomáticos por los fuertes estados de ansiedad y estrés.

Resumen

La impaciencia, puede activar tu impulsividad, hasta volverte agresivo, por muy raro que parezca. A estas personas se les denominan macrofobicas, suelen ser muy ansiosas y vivir en total angustia.



Macrofobia

Temor a las largas esperas. 

      
  Se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a esperar durante un tiempo prolongado.
    
  Esta fobia aún no ha sido estudiada en profundidad. Sin embargo, se piensa que las personas que padecen de este trastorno tienen tendencia a ser ansiosas e inseguras. Es probable que en algún momento de sus vidas hayan padecido algún evento donde se hayan sentido completamente devastados por la impotencia, un evento que haya rebasado su capacidad de control y se hayan sentido observadores pasivos del mismo.


Síntomas

Los efectos de la macrofobia están liderados por la ansiedad, la cual predomina durante la espera, de hecho, existen pacientes que han sido atendidos por colegas que aseguran que no importa siquiera si la espera es larga o corta, simple hecho de tener que dedicar tiempo de paciencia mientras aguardan su turno, genera síntomas de violencia, odio y desesperación de las personas. Conocí un chico al que no trate en consulta pues a pesar de que lo invite a que conversáramos en una reunión en mi oficina no accedió por la fecha lejana que le di, pero básicamente perdió el control en un restaurante porque no se le atendió a tiempo. Seguridad le pidió que abandonase el lugar y a pesar de su inexplicable violencia, accedió.

Tratamiento

En la actualidad, es una de las muchas de fobias que tiene un estudio mínimo, por lo que no hay un tratamiento realmente acertado para los macrofóbicos, sin embargo, el uso de calmantes para los nervios, medicinas naturales en forma de infusiones y te, ayudan a los pacientes a relajarse un poco.


No dejes de compartir en las redes sociales esta información, todos tenemos un amigo con poca paciencia que seguramente ha perdido el control en más de una oportunidad, seguramente no sabe que sufre de una fobia y necesita ayuda.

Diario: Elmundo
Fecha: 28/04/2016

Fobia: Macrofobia



FOBIA AL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO



Las fobias son más comunes de lo que pensamos y se trata de un trastorno psicológico que provoca miedo irracional y excesivo hacia un objeto o situación. Existe una fobia al órgano sexual masculino y se le llama falofobia. La persona que lo padece se siente muy incómoda con la mención o la imagen de un pene. Esta fobia es muy común aunque no se da a conocer mucho por vergüenza o, en ocasiones, porque la persona afectada no es consciente de tenerla.

No existe casi nunca un episodio definitivo desencadenante. Más bien, se va introduciendo el temor a partir de un doble mecanismo. Primero, la persona se siente inquieta ante la visión o mención del miembro viril. Después, va evitando las situaciones que la llevan a tener contacto con el pene, y eso le hace ir adquiriendo cada vez más el temor al falo. De esta manera se inhibe por completo su vida sexual.

Lo que debe hacer la persona que le tenga fobia al aparato reproductor masculino es recurrir a un especialista para que vea cuál fue la razón o las causas que ocasionaron esos miedos.


Resumen

Existen millones de fobias que son inexplicables, esta vez es la falofobia, miedo a los penes, no solo verlos, sino hablar de ellos,  se trata por vergüenza. Esto no sólo sucede con las mujeres, los hombres también pueden padecer de esta, por tenerlo y no quererlo.

Falofobia

La falofobia es el miedo mórbido e irracional a los penes. Algunas personas se consideran asexuales, cuando no experimentan ninguna atracción sexual. Muchos pueden considerar esto como un temor de los penes, pero esto no es lo mismo tampoco.

Síntomas

Los síntomas de falofobia varían de una persona a otra en función de tres factores; estado de ánimo, el nivel de miedo, y las características de personalidad. Algunas personas son más susceptibles al miedo y las fobias que otras.

Los síntomas generales de falofobia, sin embargo, son la falta de deseo sexual, extremo terror cuando se enfrentan a este tipo de situaciones, y la ansiedad general o sentirse incómodo. Entrando en una situación sexual, o incluso sólo la mención de ella o penes, podría causar estos sentimientos.

Si frente a una situación en la que un pene, y si el nivel de temor es lo suficientemente alta, un ataque de pánico completo puede ocurrir. Los síntomas de los ataques de pánico incluyen dificultad para respirar, latidos rápidos del corazón, debilidad, desmayos, mareos, sensación de hormigueo o entumecimiento en las extremidades, sudoración excesiva, escalofríos, un sentido extremo de terror, la muerte, o de muerte inminente, sensación de pérdida de control, y en el pecho dolor.

Tratamiento

Existen muchos tipos de tratamientos están disponibles para aquellos con falofobia. Los medicamentos pueden usarse para tratar la ansiedad y el miedo. El tratamiento médico también puede ayudar a los descritos previamente con trastornos sexuales dolorosas o incluso potencialmente mortales.

Lo más común, sin embargo, la terapia es la opción que las personas con falofobia elijan. La terapia puede ayudar a ambos a llegar al fondo de la fobia, la comprensión de la causa de ella, y tratar la fobia. La terapia shock cognitivo-conductual o terapia de exposición es de gran ayuda en la desensibilización de las personas o de cambiar la manera de reaccionar ante un estímulo. La terapia social también puede ser muy útil para mostrar a la gente que no todo el mundo está ahí para hacerles daño.

Diario: Elmundo
Fecha: 07/07/2016
Fobia:Falofobia

Gelotofobia: cómo es vivir con miedo a la risa


Con frecuencia, estar con un grupo de amigos y echarse unas risas es una grata experiencia. Pero para quienes sufren de gelotofobia es todo menos eso. Sus víctimas le temen a la risa.


"Escucho reír y asumo que se están burlando de mí. Me pongo tenso y me preparo para la pelea. Puedo sentir la adrenalina", le explica Drummond (todos los nombres de esta historia se han cambiado) a los investigadores que estudian su caso.

"Casi nunca hablo o hago algo que me haga reír", continúa este joven estadounidense de 18 años. "Veo cómo otros se divierten y algunas veces quiero cambiar y ser como ellos. Pero no quiero acercarme y que se burlen de mí porque soy diferente".

Esta descripción fue grabada por la doctora Tracey Platt, de la universidad de Zurich en Suiza, quien forma parte de un grupo de científicos de todo el mundo -incluyendo África, Canadá, India y Rusia- que intentan comprender las causas de este trastorno.

Según los expertos, puede que los gelotofóbicos no entiendan lo que es la risa o piensen que está dirigida a ellos de forma negativa y maliciosa, con lo cual sienten miedo cuando la escuchan.

Con frecuencia les es muy difícil estar rodeados de gente, y pueden sufrir de dolor de cabeza por estrés, mareos y episodios de temblor en situaciones sociales, agregan.


Resumen

El Artículo habla de una de las fobias menos común, la gelotofobia, miedo a escuchar risas o reír en Público es un miedo muy poco común que se atribuye mucho al miedo de hacer el ridículo o de sentir vergüenza. A muchos nos resulta fácil, escuchar risas y reírnos, pero para otros, es una cuestión inexplicable que ocasiona pánico, los gelotofobicos, no pueden escuchar risas, porque al instante, creen que son de ellos que se están riendo. 

Gelotofobia

Ésta denominación se usa en personas que tienen "miedo a ser objeto de burla“. Estas personas no son capaces estimar la risa en su significado y valor afectivos positivos, y el usarla respectivamente como condición y postura de vida marcada por la alegría, júbilo, regocijo, y de relajación


Diario: BBC.com
Fecha: 27/06/2014
Autor: Pippa Stephens
Fobia: Gelotofobia


¿Miedo a las mujeres hermosas? ¡Cuidado! Puedes estar padeciendo venustrafobia


Sientes temor cuando estás frente a una mujer muy atractiva y hermosa? ¿Te intimida? ¿Sueles rechazar a este tipo de féminas? Si alguna o todas las respuestas son afirmativas, pon atención, puedes estar padeciendo la Venustrafobia, también conocida como Caliginefobia.

La Venustrafobia es un miedo irracional a las mujeres hermosas que provoca en los hombres sudores, escalofríos, taquicardia o tartamudez.

Los venustrafóbicos se caracterizan por vivir angustiados por un sentimiento de aprensión persistente e injustificada. En principio, es difícil que mantengan una relación con una chica que consideran hermosa, ya que, aunque sientan su encanto, tenderán a evitarla.



Como en otras aversiones obsesivas, la causa de la Venustrafobia puede encontrarse en una experiencia traumática. El afectado pudo vivir, por ejemplo, una situación de rechazo en la que se sintió humillado por parte de una fémina apuesta.

Esto puede llevarle a generalizar su vivencia, asociar hermosura con situación de riesgo y rechazar circunstancias similares para no fracasar de nuevo.

También puede darse una conjunción de factores, como timidez, baja autoestima y machismo, que propicien la aparición de esas sensaciones, lo que puede dar lugar a conductas misóginas.


Resumen

El artículo se basa en una fobia que podemos decir que es común pero poco conocida en sí que es la venustrafobia esta se trata básicamente del miedo irracional hacia mujeres hermosas, muchas veces pensamos como podría ser esto cierto. Lo que no sabemos es que están eran miedos incontrolables que al pasar el tiempo se convierten en lo que llamamos fobias en este caso podemos decir que eran hombres que en cierta fase de su vida vivieron traumas o simplemente miedo al hablar o acercarse a mujeres muy hermosas o vivir momentos angustiantes con ellas.


Venustrafobia

La venustrafobia, también conocida como caliginefobia, se engloba dentro de los trastornos de ansiedad como una manifestación de la fobia social y consiste en el miedo irracional a las mujeres guapas. No hay que confundirlo con la ginofobia que es el miedo a las mujeres en general.


Síntomas

Los síntomas que produce la venustrafobia son los propios de los problemas agrupados dentro de los trastornos de ansiedad:

Taquicardia.
Sensación de falta de aire.
Sudoración excesiva.
Nauseas.
Temblores.
Miedo a perder el control.
Sensación de desconexión de la realidad.

Hay que tener en cuenta que el problema no se manifiesta de la misma forma en todas las personas, pues depende de sus características, de qué ha originado el problema, el entorno en el que se desenvuelve, etc.

Al final lo importante es el grado de malestar que se siente y cuánto interfiere en la vida de cada uno.



Tratamiento

La venustrafobia es un trastorno poco conocido en sí mismo al ser identificado como una variante de la fobia social, por lo que se suele intervenir de forma similar.

Existen varias técnicas para combatir este tipo de fobia, tanto desde la rama de la psiquiatría como desde la psicología:

Tratamiento farmacológico

Los más utilizados en estos casos son los fármacos antidepresivos (ISRS) y los ansiolíticos, que pueden servir como tratamiento para casos de extrema gravedad.

Sin embargo, numerosos estudios han demostrado una mayor eficacia del tratamiento farmacológico cuando se ha complementado con terapia psicológica, más que en solitario. Siendo no recomendable su uso durante el tratamiento con técnicas de exposición.

Esto es debido a que los fármacos actúan sobre el organismo disminuyendo los síntomas de la ansiedad, lo cual hace que te sientas bien al momento. No obstante, no elimina el problema pues la incapacidad de poder interactuar con mujeres atractivas sigue presente.

Técnicas cognitivo-conductuales (TCC)

Dentro de las técnicas recomendadas desde el enfoque cognitivo conductual podemos encontrar:

Terapia Cognitiva: se basa en el procedimiento de reestructuración cognitiva, mediante el cual se trabaja sobre los pensamientos automáticos y negativos. Se le enseña al paciente a identificarlos para después proporcionar alternativas a esos pensamientos con el objeto de eliminar el malestar que producen.

Técnicas de relajación: el objetivo es conseguir que la persona sea capaz de mantener la calma y reducir la activación ante las situaciones fóbicas. Las más utilizadas son la Relajación Progresiva de Jacobson y el Entrenamiento Autógeno de Schultz.

Exposición: es considerada el producto estrella en el abordaje de las fobias.
Consiste en exponer de manera gradual al paciente a las mujeres atractivas para que éste pueda poco a poco habituarse a su presencia y a su vez ir aprendiendo a controlar sus temores hasta hacerlos desaparecer.
Para ello, se ha de realizar un listado de situaciones y ordenarlas según el grado de malestar que produzcan. Una vez realizada, se elige la primera situación de la jerarquía a la que el paciente deberá hacer frente.

Entrenamiento en habilidades sociales: en muchas ocasiones las personas que sufren este trastorno es debido a que carecen de las habilidades adecuadas para desenvolverse con mujeres y, sobre todo, si estas les atraen.
El entrenamiento en habilidades sociales suele ser el paso previo a la exposición, con el fin de que el paciente tenga herramientas suficientes para hacer frente a la situación.

Diario: Noticias24
Fecha: 21/06

Fobia: Venustrafobia


martes, 7 de marzo de 2017

Este curioso fenómeno está ligado a lo emocional y si tratas de ruborizarte de manera intencional, no lo lograrás.



Seguramente te ha pasado que alguien que te gusta te dice un cumplido o que te enojas demasiado y tu rostro se pone rojizo, a esto le llamamos ruborización y es un fenómeno único de los seres humanos.

Durante años se han realizado investigaciones para saber la razón por la que este fenómeno está ligado a lo emocional, ya que se sabe qué ocurre de manera física y el resto es un misterio.

Cuando pasamos por algo que nos altera emocionalmente o nos sentimos en peligro, el cuerpo libera adrenalina, por lo que los vasos sanguíneos se dilatan y la sangre y el oxígeno se mueven más rápido en el sistema, incluyendo las venas del rostro, por lo que nos salen “chapitas”.

Este sistema es involuntario y por lo tanto la ruborización no se puede controlar, así que si lo intentas, fallarás. De hecho, existe la eritrofobia, el miedo obsesivo por ruborizarse en público al grado de que quienes lo padecen, optan por un procedimiento médico llamado Simpatectomía endotorácica, la cual opera ciertos ganglios de la cadena simpática nerviosa y reduce el enrojecimiento.

Resumen

Aunque no lo crea, la ruborizacion, forma parte de una fobia… Esto surge gracias a respuestas emocionales, la adrenalina aumenta, lo que hace que los vasos sanguíneos se dilaten, la sangre se mueve más rápido, y así es como surge este fenómeno. Existen personas, que padecen de eritrofobia, se ruborizan y no lo pueden controlar, parece ser que se sienten avergonzadas al surgir esto. 


 Eritrofobia

La eritrofobia, o el miedo a sonrojarse, es una fobia relativamente compleja de superar. El rubor es una respuesta fisiológica a, entre otras cosas, la ansiedad.

Síntomas

Irónicamente, el síntoma más fuerte del miedo de la ruborización es generalmente mayor sonrojamiento. Como la persona percibe que está perdiendo el control de la situación, es probable que aún se sonroje más. Además, puede sentir los síntomas de fobia comunes como:

Temblores
Sudoración
Aumento del ritmo cardíaco
Dificultad para respirar
Balbucear con las palabras o resultar imposible seguir una conversación

Con el tiempo, puede empezar a evitar ciertas situaciones sociales o, en casos extremos, evitar salir de casa en absoluto. También puede desarrollar fobias sociales adicionales, como el miedo escénico o el miedo a comer delante de los demás, debido al temor de que esas actividades podrían desencadenar una reacción sonrojándose.

Tratamiento

El tratamiento depende de la gravedad y la complejidad de la fobia. En última instancia, el miedo no es en realidad de la propia respuesta rubor, sino de las reacciones que se perciben que los demás podrían tener a su rubor.

Psicoterapia

Mediante terapia, como por ejemplo la terapia cognitivo-conductual, se puede tratar la fobia enseñando nuevos patrones de pensamiento y comportamientos que ayudan a disminuir la vergüenza o el miedo a ésta.

Medicamentos

Existen tácticas para controlar el rubor. Éstas pueden incluir la administración de medicamentos de una variedad de tipos como por ejemplo antidepresivos o bloqueadores beta.

Cirugía

Algunos pacientes optan por una cirugía, llamada simpatectomía transtorácica endoscópica, que corta la respuesta nerviosa simpática que controla el rubor.
La cirugía no es necesariamente una cura completa y no tiene consecuencias negativas. Por otra parte, esto no significa eritrofobia se termine. Incluso si la respuesta de rubor se corta o se reduce, la persona aún puede tener miedo a sonrojarse. Por esta razón, la terapia conductual que trabaja sobre el control de la fobia es también de gran utilidad.

Diario: sdpnoticias.com
Fecha:31/01/2017

Fobia:Eritrofobia


El ‘melenas’ del fútbol tiene “pánico” a quedarse calvo


Condenado genéticamente, David Luiz se inyecta “células de la cadera” para no acabar pelón como su padre

David Luiz, dueño de una de las melenas más conocidas del fútbol actual, ha explicado en Le Journal du Dimanche que tiene “pánico” a quedarse calvo y que emplea un método exclusivo para mantener su frondosa cabellera.

Condenado por la genética

Condenado por genética a quedarse pelón al ser hijo de un padre sin ‘pelaje’ en el cráneo, señala que “yo hallé una forma de salvar mi pelo. Encontré un médico en Brasil que me sometió a un tratamiento especial: te coge células de la cadera y te las reimplanta. Yo me apunté. Dentro de una decena de años tendrá también una solución para la gente que ya ha perdido su pelo”.

Siempre según el central del PSG, “es todo natural, y yo los dejé crecer durante 8 meses para llegar a este resultado”, aludiendo a esa melena que luce.

“No me gusto con el pelo corto”

“No me gusto con pelo corto, me lo corto lo menos posible”, agrega y revela que pese al éxito del tratamiento “tengo miedo a perder todo el cabello algún día”, cabello por el que ha sido comparado con uno de los personajes de los Simpsons, el actor secundario Bob.

Resumen
    
   La genética le jugó sucio esta vez al futbolista David Luiz, el “melenudo”, más conocido en el futbol, padece de falacrofobia, ya que su padre, sufrió de esto, temen pasar por lo mismo, debido a esto, tiene que inyectarse, para mantener su cabello largo y frondoso.

Falacrofobia
   
   La peladofobia o falacrofobia, es el miedo o temor a la calvicie, a quedarse calvo y a perder paulatinamente el pelo. También se utiliza este término para indicar el miedo o temor a las personas calvas.

Síntomas

Los síntomas que aparecen en esta fobia son como los que se manifiestan en otros tipos de fobias y se dividen en tres planos: reacciones fisiológicas, cognitivas, y comportamentales.

Dentro de las reacción fisiológicas las más típicas son: sudoración excesiva, palpitaciones, aumento de la tensión arterial, dificultad para respirar, náuseas y/o vómitos. En el plano cognitivo aparecen una serie de creencias y pensamientos acerca del estímulo temido, de la situación o de su incapacidad para afrontarlo. Y a nivel del comportamiento lo más habitual es huir rápidamente de la situación e intentar evitarla a toda costa en el futuro.

En los casos extremos la confluencia de todos estos síntomas puede desencadenar en un ataque de pánico al encontrarse ante una persona calva o visualizarla en la televisión o en fotografía. También puede ocurrir este episodio ante los pensamientos e imaginación de la propia calvicie.

Tratamiento

La mayor parte de los tratamientos que han resultado ser eficaces para los trastornos de este tipo incluyen la exposición a los estímulos temidos. Consiste en afrontar repetidamente ese estímulo, hasta que deje de producir temor.

Es decir, que si nos enfrentamos a lo que tememos y no implica ninguna consecuencia negativa perderemos el miedo que nos provoca el estímulo o situación concreta. Partiendo de que todos estos tratamientos tienen como base la exposición se pueden clasificar en diferentes terapias:

Terapia de exposición

Aunque dentro de este tipo de terapia hay diferentes alternativas, que el terapeuta escoge en función de elementos como el miedo concreto, las particularidades del paciente o la situación hay unos factores comunes. Se trata de enfrentarse directamente en vivo o en imaginación al estímulo o situación temida hasta que se reduce la ansiedad. Es aconsejable hacerlo de forma gradual y siempre con la ayuda del terapeuta.

Terapia cognitiva

Este tipo de terapia suele realizarse en combinación con la exposición. Por un lado se busca información sobre el estímulo temido, sobre las posibles causas de la aparición de la fobia y por qué motivos se sigue manteniendo el miedo. Se trata de tener la mayor información relevante referida al estímulo fóbico. Esto ayuda a entender qué está ocurriendo y por qué. De esta forma será más fácil encontrar posibles soluciones.

Por otro lado, se detectan y modifican los pensamientos que producen la ansiedad. Por ejemplo: “Si me quedo calvo será horrible, perderé atractivo y nunca encontraré pareja”. “Cada vez que veo pelos en la almohada o el cepillo me siento fatal porque cada vez tengo menos y no me siento a gusto conmigo mismo/a”. Se trata de identificar estos pensamientos causantes del malestar que siente la persona y ayudarle a ponerlos en tela de juicio para que dejen de producir ansiedad.

Técnicas de control de la ansiedad

Las más utilizadas son la relajación, la respiración diafragmática y las autoinstrucciones. En la mayoría de los casos estas técnicas se combinan con la exposición. Son muy útiles sobre todo en las primeras fases del tratamiento, cuando la persona vive la exposición al estímulo temido como una verdadera fuente de ansiedad. Para llegar a desarrollar estas técnicas de forma eficaz es necesario entrenarlas durante varias sesiones.

Tratamiento biológico

En este campo, existe unanimidad entre los diferentes investigadores y profesionales de que no existe un tratamiento farmacológico único y exclusivo para la erradicación de la fobia.

Sin embargo sí se han utilizado fármacos como las benzodiazepinas o los beta-bloqueantes como complemento a las técnicas explicadas anteriormente. Pero los estudios realizados al respecto parecen indicar que el uso de fármacos podría entorpecer la labor terapéutica de la exposición por lo que no es habitual su uso en el tratamiento.

Diario: mundodeportivo.com
Fecha: 13/12/2015
Fobia: Falacrofobia 


El exceso de higiene: ideas delirantes de que son malos para la salud Parece ser que un exceso de higiene dar más desventajas que ventajas


La revolución del comportamiento higiénico ha dado la oportunidad de derrotar a muchas de las enfermedades que han caracterizado la historia del mundo a lo largo de los siglos, pero cuando el exceso de higiene se convierte en una manía puede hacer malo para su salud. Hay personas que se lavan las manos todo el tiempo, otros que limpian el medio en que vive en exceso, y algunos que utilizan productos agresivos porque obsesionado por virus y bacterias.

La publicidad es la primera obsesión cómplice en lo que respecta a la higiene: todos los días somos bombardeados con mensajes que invitan a utilizar productos para el cuerpo, para la ropa y hogar con el objetivo de hacer nosotros mismos y el mundo que nos rodea pura y esterilizada, lo que lleva a una condición de higiene exagerada.
Sin embargo, muchos estudios han demostrado que un exceso de limpieza provoca principalmente un debilitamiento de nuestras barreras naturales más propensos a enfermarse. A partir de la dermatitis de problemas intestinales, alergias a las formas mentales de la manía, la idea de la suciedad crea obsesiones tanto física como psicológicamente.
Pero no sólo. Un exceso de higiene también es perjudicial para el medio ambiente, tanto por la pérdida de agua que por el uso indiscriminado de productos químicos altamente contaminantes.



Resumen

La higiene es un tema que para la mayoría de las personas resulta sumamente importante, a través de esta, nos hemos desecho de muchas enfermedades que transitan en el ambiente, sin embargo, e exceso, está afectando a mucha de la población, incluso pueden adoptar el trastorno obsesivo-compulsivo, la publicidad tiene un roll importante, cada vez son más los anuncios, que nos incitan a tener todo sumamente limpio, libre de cualquier germen o bacteria. El exceso de esta debilita una barrera y estamos más propensos a enfermarnos. La rupofobia, es un problema no solo para nosotros, sino para nuestro ambiente, cada vez es más el agua que desperdiciamos.

Rupofobia

Es una alteración psicológica que se caracteriza por presentar un miedo irracional, excesivo e injustificado a la suciedad.

Síntomas

Las experiencias de miedo provocan de forma automática un incremento de la tensión y la ansiedad en la persona.

Aumento de la tasa cardíaca.
Incremento de la tasa respiratoria.
Taquicardias.
Palpitaciones.
Aumento de la sudoración.
Dolores de estómago.
Dolores de cabeza.
Tensión muscular.
Sensación de ahogo.
Dilatación pupilar.
Despersonalización.
Sensación de mareo.
Náuseas y vómitos.
Boca seca.
Escalofríos.

Síntomas cognitivos

Los síntomas cognitivos de la rupofobia abarcan todos esos pensamientos acerca de los miedos a la suciedad que experimenta la persona.

Estos pensamientos juegan un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento del trastorno. Así mismo, pueden incrementar la sintomatología física y, por lo tanto las sensaciones de malestar.

De hecho, la relación entre los síntomas físicos y los síntomas cognitivos es bidireccional. Es decir, los pensamientos acerca del temor a la suciedad provocan los síntomas físicos y estos incrementan las cogniciones fóbicas.

Los pensamientos que puede desarrollar una persona con rupofobia pueden ser múltiples y muy diversos. Por lo general, se sustentan las cogniciones acerca de las propiedades negativas de la suciedad y de las pocas capacidades personales para hacerles frente como las principales del trastorno.

Síntomas conductuales

Finalmente, como ya se ha comentado, el temor a la suciedad, y los síntomas físicos y cognitivos resultantes, provocan una grave afectación sobre la persona.

Esta afectación se ve ampliamente reflejada en el comportamiento, el cual se encuentra modulado por el temor a la suciedad.

Los síntomas conductuales predominantes en la rupofobia son la evitación y el escape. Es decir, el individuo incorpora en su comportamiento conductas de evitación y escape de las situaciones con suciedad.

Tratamiento

El tratamiento principal de todas las fobias específicas es la psicoterapia. Concretamente, el tratamiento cognitivo conductual constituye la intervención con mayores índices de eficacia del trastorno.

En este tratamiento, un psicoterapeuta tratará de exponer al individuo a sus estímulos temidos. La exposición se realiza de una forma gradual y permite la habituación de la persona a la suciedad y, por lo tanto, la superación del temor hacia ella.

Otras técnicas que suelen acompañar el tratamiento son la relajación (para disminuir los síntomas de ansiedad) y las técnicas cognitivas (para corregir pensamientos disfuncionales acerca de la suciedad).

Diario: http://salute.pourfemme.it
Fecha: 13/10/2016
Autor:Giovedí
Fobia: Rupofobia





Rihanna tiene miedo a enamorarse



La cantante no ha tenido una relación seria desde que terminara su noviazgo con Chris Brown y admite que no quiere enamorarse de nuevo por miedo a que no funcione.

"Cuando estuve enamorada, la caída fue muy fuerte. Me sentí devaluada. Y, de un momento a otro, mi vida entera cambió. Todo cambió. Nunca pensé que sentiría tanto dolor, y tengo miedo de sentir eso de nuevo", confesó Rihanna .

La artista admitió que en su vida personal es muy "reservada" y que le resulta difícil confiar en la gente o dejar que se acerquen demasiado a ella.

"He sido bastante reservada en mi vida amorosa, tanto que, de hecho, no he tenido vida amorosa. Si se cruza en mi camino alguien que me parece interesante, puedo conocerle, pero en cuanto veo que nos estamos acercando en exceso, simplemente no dejo que vaya más allá", comentó la cantante a la revista Harper's Bazaar .

En lugar de probar con el amor, Rihanna prefiere expresar su "rebeldía" mediante su estilo.

"Soy rebelde en mi música, en mi forma de vestir, en los tatuajes y en el pelo", apuntó.

Resumen

Rihanna, tiene miedo de pasar por lo que alguna vez ya pasó, una total humillación, a pesar de ser muy rebelde, admite ser muy reservada, y sentir temor de enamorarse, porque ya una vez lo hizo y no funcionó, no deja que las cosas vayan más allá, con ninguna persona, le resulta difícil el hecho de volver a enamorarse


Filofobia

Una persona con filofobia puede experimentar algo parecido a un ataque de ansiedad cuando se encuentra en presencia de una persona del sexo opuesto. Si esto sigue así, el miedo puede provocar que empiece a apartarse de la gente con la que tiene una conexión emocional.

No se sabe qué causa este miedo, pero se cree que tiene que ver con recuerdos amargos de relaciones pasadas. Cualquiera que sea la causa, es posible que una persona con esta fobia a superar este miedo y tienen relaciones normales.

Síntomas

Sudoración
Latidos rápidos o irregulares
Dificultad para respirar
Temblores
Mareos
Náuseas
Sequedad de boca
Llantos
Ataques de pánico
Malestar estomacal

Tratamiento

Es posible que una persona con filofobia supere este miedo. Los tratamientos que se pueden utilizar para ayudar a superarlo son la terapia de desensibilización, la terapia cognitivooconductual, la hipnoterapia, la programación neurolingüística y los medicamentos antidepresivos.

Terapia de desensibilización

La terapia de desensibilización introduce a la persona con filofobia a las interacciones humanas hasta que es insensible a ellas. El terapeuta puede incluso utilizar las computadoras para simular esta interacción y ayudar a una persona a prepararse para una situación de la vida real.


Terapia cognitivo-conductual

Con la terapia cognitivo-conductual el terapeuta trata de ayudar a un filofóbico a entender y reconocer sus pensamientos. Entonces, cuando los pensamientos negativos aparecen en su mente, el paciente puede detenerlos. La idea detrás de la terapia cognitivo-conductual es que los pensamientos de una persona afectan su comportamiento. Mediante la formación de su pensamiento, una persona puede aprender a cambiar su comportamiento.

Hipnoterapia

La hipnosis se ha demostrado que ayuda a eliminar las asociaciones negativas que pueden desencadenar ataques de pánico. Sin embargo, debido a que la hipnosis se basa en que el paciente cede el control al terapeuta durante el tratamiento, su uso en el tratamiento de filofobia podría ser problemático.

Programación neurolingüística (PNL)

Este enfoque de la psicoterapia ha demostrado ser controvertido. Es una terapia alternativa basada en la educación de las personas en la autoconciencia y la comunicación para cambiar sus conductas emocionales. La PNL se ha combinado con la hipnosis en el tratamiento de fobias, pero está fuera del tratamiento convencional para la filofobia.

Medicamentos antidepresivos

Los medicamentos como los inhibidores de la serotonina (ISRS) e inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) pueden ser útiles en algunos casos de fobia paraa reducir los síntomas físicos y emocionales severos.

Diario: entretenimiento.terra.com
Fecha: 06/06/2012
Fobia: Filofobia