El problema se caracteriza por tener mayor probabilidad de insatisfacción con las actividades principales, la vida familiar, el nivel de ingresos, las relaciones interpersonales y las actividades que se realizan en el tiempo libre.
Detrás de una supuesta timidez puede esconderse la fobia social, un trastorno emocional que puede comprometer seriamente el bienestar de un adolescente.
“La depresión, muchas veces, socia de la fobia social, marca una etapa en los jóvenes que no encuentran momentáneamente el rumbo. Esto deja a un lado los conceptos de estabilidad emocional y reduce la calidad de vida, no solo del joven sino también de su entorno”, explicó la psicóloga Natalia Lavalle Figueroa.
Debido a que diferentes estudios realizados en distintos países ubican a la fobia social como un trastorno de ansiedad de alta prevalencia (entre el 5% y el 7% anual); y dado que no solo se trataría del trastorno de ansiedad más común, sino que sería uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes, en este último tiempo ha habido un creciente interés en esta patología que muchas veces permanece sin diagnosticar.
“Estudios realizados sobre el tema comprueban que existen dos tipo de consecuencias de la fobia social: el subtipo relacionado solo con temores para hablar frente a un grupo pequeño o grande de personas, y la forma compleja o generalizada en donde aparecen temores en otras áreas, por ejemplo: comer en público o escribir mientras otros están observando. Generalmente este tipo de trastorno se da en personas jóvenes y del sexo femenino. Y la prevalencia es del 7%, mientras que para la forma generalizada es del 5,9%, es decir, que aproximadamente un 54% de las personas con fobia social presentan el subtipo asociado con temores para hablar en público, y el 46% presenta la forma compleja o generalizada, que sería a su vez la más discapacitante”, aseguró Lavalle Figueroa.
A su vez, la fobia social, y principalmente la forma generalizada, se relaciona con un gran deterioro en diferentes áreas (actividad escolar o laboral, actividades diarias, relaciones interpersonales). Además, en general en estas personas se observa una mayor dificultad, una reducción o la necesidad de realizar mayores esfuerzos para desempeñar las actividades diarias.
“Es importante que los padres de familia aprendan a identificar el problema desde sus inicios, debido que esto puede afectar la interacción en todos los campos de desarrollo de los jóvenes”, indicó la sicóloga.
En cuanto al grado de satisfacción que experimentan estas personas, la fobia social se asocia con una mayor probabilidad de insatisfacción con las actividades principales, la vida familiar, el nivel de ingresos, las relaciones interpersonales y las actividades que se realizan en el tiempo libre.
Un diagnóstico de fobia social se asocia con una mayor probabilidad de deterioro en la calidad de vida, principalmente en el caso de los niños, presentan mayores dificultades escolares, y una mayor probabilidad de repetir o de abandonar los estudios.
Consecuencias
Las consecuencias en el proceso de adaptación del adolescente son graves, se puede destacar el bajo rendimiento académico y el abandono escolar, el desarrollo de otros trastornos de ansiedad y del estado de ánimo o el inicio en el consumo de alcohol u otras sustancias tóxicas.
“Tampoco podemos olvidar que este tipo de problemas en la adolescencia puede afectar en la vida adulta y por consiguiente sufrimiento en todos los miembros de la familia, generando en él un estado de aislamiento del grupo al que pertenece afectando las relaciones sociales y laborales”, aseveró la especialista.
El niño o adolescente con el trastorno suele presentar miedo a hablar, a leer, a comer, a escribir en público, miedo a jugar, a usar servicios públicos, a hablar a figuras de autoridad y a relacionarse en situaciones formales. Las reacciones emocionales desadaptativas suelen ser severas que incluyen dolor de cabeza y de estómago, ataques de pánico ocasionales, llantos, respuestas de escape y evitación, etc.
“Los casos más tempranos que cumplen los criterios para el diagnóstico del trastorno presentan una edad que se sitúa entre los 8 y los 12 años, encontrándose el mayor número de casos entre los 14 y los 16 años en los estudios epidemiológicos realizados”, concluyó Natalia Lavalle Figueroa.
Los especialistas recomiendan a los maestros implementar programas escolares que permitan identificar y tratar la fobia social en la niñez y la adolescencia lo que ha su vez permitiría prevenir los problemas escolares y el suicidio.
Interpretación del artículo
Resumen
La adolescencia es conocida como la etapa donde más cambios ocurren, es muy frecuente que durante esta etapa el adolescente se sienta aislado por diferentes problemas, que pueden ir desde problemas familiar, académicos hasta económicos. Lo que mas destaca es que las fobias sociales es un hecho que lo padece el 46% aproximado de la población adolescente, muchas veces promovida por factores a nivel escolar pues es donde el adolescente se desenvuelve con la sociedad, creando así en el joven un comportamiento des adaptativo que le impide desarrollar sus destrezas sociales. Pues muchas veces los jóvenes que sufren de fobias sociales no logran expresar lo que sientes y lo que los hace más propensos a que sufran de depresión e incluso a que cometan suicido. Es fundamental que se les brinde la ayuda psicológica necesaria y se les oriente para que logren superar tales fobias.
Diario: crónicas del quindio
Fecha de publicación: 19 de enero del 2012
Enlace de la información: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-46_de_los_adolescentes_padece_fobia_social-seccion-la_general-nota-41465
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